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Vicealmirante Nelson, María Antonieta, Blaise Pascal, Jean-Paul Marat, Godoy, Imanuel Kant, Beethoven, Gregor Mendel, Henry Morton Stanley, Louis Pasteur, Boris Yeltsin, Jerónimo, Concepción Arenal, Thomas Alva Edison.
La comunidad de símbolos, sobre todo en el lenguaje, nos produce la ilusión de que todos tenemos una vida interior idéntica y de que todos percibimos una forma cósmica idéntica. Los grandes pensadores de cada cultura son en esto semejantes a los individuos que padecen de ceguera para los colores: ignorando su dolencia, todos se ríen de las equivocaciones que cometen los demás.
(Ser humano)
La mayor o menor afinidad entre los mundos particulares que viven los hombres de una misma cultura o de una misma comunidad espiritual es la que les permite comunicarse, mejor o peor, lo que ven, lo que sienten, lo que conocen, es decir, lo que ellos han plasmado en el estilo propio de su realidad personal, mediante los recursos expresivos del lenguaje, del arte, de la religión, por las palabras, las fórmulas, los signos, que, a su vez, son también símbolos. Este es el obstáculo infranqueable que se opone a que dos seres puedan realmente comunicarse algo o comprender realmente las manifestaciones de su vida. El grado de congruencia que haya entre sus dos mundos de formas será, en efecto, el que determine el punto en donde la comprensión acaba y se convierte en ilusión y engaño.
(Ser humano)
La única división natural del hombre es en fuertes y débiles y en listos y tontos.
(Ser humano)
Para los hombres no es mejor que acontezca todo lo que quieren: es la enfermedad que hace suave a la salud, lo malo a lo bueno, el hambre a la saciedad, la fatiga al reposo.
(Ser humano)
En todas las civilizaciones las ciudades modernas adquieren un sello uniforme.
(Sociedad)
Hay cierta diferencia entre un pueblo cuya alma se ha forjado con la convicción de su situación insular, con otro que resguardaba una región que, careciendo de límites naturales, quedaba expuesto por todos los lados a las incursiones de los vecinos.
(Sociedad)
La raza puede prescindir del idioma; pero ya el modo de hablar el idioma es expresión racial. E igualmente todo lo que acontece en la historia del espíritu -que existe tal historia demuéstralo la potencia de la sangre sobre la sensación y la intelección-, todas las religiones, todas las artes, todos los pensamientos, puesto que son conciencia activa en forma, son también, con todas sus evoluciones, con todo su simbolismo, con toda su pasión, expresiones de la sangre que circula por esas formas de la conciencia en generaciones sucesivas.
(Sociedad)
Los pueblos, los Estados, la política, la religión, todas las artes, todas las ciencias se fundan en un único protofenómeno de la existencia humana: la ciudad.
(Sociedad)
Pero en las situaciones posteriores de una población densa, se trata ya para el más débil de perder su hogar, su patria. Por lo tanto, ha de defenderse o buscar con las armas una tierra nueva. Los hombres no caben en el espacio. Las tribus viven en continuo contacto con otras tribus circundantes y en desconfiada preparación para la resistencia. La dura necesidad de la guerra educa a los hombres. Los pueblos viven junto a otros pueblos, contra otros pueblos y se encumbran así a la grandeza interna. El arma se hace arma contra los hombres y no contra los animales. Por último, aparece la única forma de emigración de que puede hablarse en época histórica: tropeles de hombres que se mueven en territorios poblados, cuya población permanece sedentaria como parte integrante del botín conquistado.
(Sociedad)
Un régimen de deberes sociales garantiza al hombre de mente amplia un dominio del mundo interno, que es irreconciliable con un régimen de derechos sociales, o sea con el ideal individualista.
(Sociedad)
Para el hombre primitivo, la palabra "tiempo" no puede significar nada. El hombre primitivo vive sin necesidad de contraponer el término tiempo a ninguna otra cosa. Posee tiempo, pero nada sabe de él. Sólo la inteligencia cósmica de las culturas superiores, sometida a la impresión de la naturaleza, que todo lo mecaniza, y dominada por la conciencia de una extensión rigurosamente ordenada, mensurable y concebible, dibuja la imagen espacial, el fantasma del tiempo para dar satisfacción a su necesidad de concebirlo todo, de medirlo y ordenarlo todo por causas y efectos.
(Tiempo)
Toda verdad nueva que el intelecto descubre no es más que un juicio crítico sobre otra verdad que existía antes.
(Verdad)
Oswald Spengler (1880 - 1936), filósofo e historiador alemán