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Barack Obama, Moshe Dayan, Ho Chi Mihn, Valentina Terechkova, Kissinger, Platón, Isabel la católica, Leónidas Breznev, Nat Turner, William Blake, Johann Pestalozzi, Chico Mendes, Rafael del Riego, Champollion.
Todavía existe el legendario héroe revolucionario que puede derrotar incluso a la televisión y a la prensa: su mundo es el de los países "subdesarrollados".
Herbert Marcuse (1898 - 1979), filósofo y sociólogo alemán de la Escuela de Frankfurt.
Una revolución no es sino el desplazamiento de un móvil que, luego de recorrer su giro, retorna al punto de partida.
Ígor Fiódorovich Stravinski (1882 - 1971), compositor ruso nacionalizado francés y estadounidense.
¡La rebeldía es tan hermosa! ¡Fue en el cielo, junto a Dios, y hubo un ángel rebelde que por serlo, cambió el cielo por el infierno!
Cambiar los nombres, sin cambiar las cosas, es lo primero con que se engaña al pueblo en todas las revoluciones.
El día en que cada uno fuéramos un tirano para nosotros mismos, todos los hombres seríamos igualmente libres, sin revoluciones y sin leyes.
La única revolución posible: meter luz en las cabezas y calor en los corazones.
Jacinto Benavente (1866 - 1954), dramaturgo español, Premio Nobel de Literatura en 1922.
¿Queréis evitar revoluciones? Haced evoluciones.
La revolución para ser tal, debe arrancar del mismo pueblo.
Jaime Balmes (1810 - 1848), filósofo, teólogo y sociólogo español.
La revuelta y solo la revuelta es la creadora de la luz y ésta no puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad y el amor.
Solía pensar que todo era una gran broma. Pensé que era algo para reírse de ello, y en las últimas dos semanas conocí a personas que estaban haciendo algo. Ellos intentaban cambiar el mundo y ahora quiero unirme al viaje. Yo quiero cambiar el mundo.
Jim Morrison (1943 - 1971), cantautor, poeta estadounidense, vocalista y líder de The Doors.
Cuando una revolución es imposible, corre el riesgo de convertirse en su contrario: una reacción.
Joan Fuster i Ortells (1922 - 1992), escritor español.
Protestar es negarnos a ser reducidos a cero y a que se nos imponga el silencio. Por tanto, en cada momento que alguien hace una protesta, por hacerla, se logra una pequeña victoria. El momento, aunque transcurra como cualquier otro momento, adquiere un cierto carácter indeleble. Se va y sin embargo dejó impresa su huella. Lo principal de una protesta no es que sea un sacrificio efectuado en pos de un futuro alternativo más justo.
John Peter Berger (1926 - 2017), crítico de arte, pintor y escritor inglés.