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Barack Obama, Moshe Dayan, Ho Chi Mihn, Valentina Terechkova, Kissinger, Platón, Isabel la católica, Leónidas Breznev, Nat Turner, William Blake, Johann Pestalozzi, Chico Mendes, Rafael del Riego, Champollion.
Es posible llegar a destruir un orden y establecer otro, con la consiguiente aureola revolucionaria, en nombre de una tendencia conservadora.
María Zambrano (1904 - 1991), filósofa y ensayista española.
La vanidad es la base de toda revolución, la libertad no es más que un pretexto.
Marlene Dietrich (1901 - 1992), cantante y actriz alemana nacionalizada estadounidense.
La pregunta no es si vamos a ser extremistas, sino qué tipos de extremistas seremos… La nación y el mundo están en extrema necesidad de extremistas creativos.
Los vientos de revueltas continuarán agitando nuestra nación hasta que los brillantes días de justicia emerjan.
No es el momento de caer en el letargo del conformismo, hoy es el día en que debemos alzar una verdadera promesa hacia la democracia.
Un motín es el lenguaje de los no escuchados.
Martin Luther King, (1929 - 1968), pastor activista de los derechos civiles de los afroamericanos.
Es tiempo de efectuar una revolución en los modales de las mujeres, tiempo de devolverles su dignidad perdida y hacer que, como parte de la especie humana, trabajen para reformar el mundo, mediante su propio cambio.
Mary Wollstonecraft (1759 - 1797), "madre del feminismo", escritora y filósofa inglesa.
La revolución, al precio de abandonar lo humano, no vale la pena.
Max Aub Mohrenwitz (1903 - 1972), escritor español exiliado en México durante tres décadas.
Cuando la revolución consignó la Igualdad frente al Derecho, se refugió en un terreno religioso, en la región de lo sagrado, del ideal.
El Estado no puede ser vencido sino por medio de un golpe audaz y arbitrario.
La propiedad fue la chispa que prendió fuego a la revolución. El gobierno tenía necesidad de dinero. Tenía que mostrar que era absoluto, y por consiguiente, dueño de toda propiedad; tenía que apropiarse de su dinero, que estaba a disposición pero no era propiedad de sus súbditos.
Nadie puede encadenar mi voluntad, y yo siempre seré libre de rebelarme.
Johann Kaspar Schmidt (1806 - 1856), conocido como Max Stirner, filósofo alemán autor de El único y su propiedad.