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Barack Obama, Moshe Dayan, Ho Chi Mihn, Valentina Terechkova, Kissinger, Platón, Isabel la católica, Leónidas Breznev, Nat Turner, William Blake, Johann Pestalozzi, Chico Mendes, Rafael del Riego, Champollion.
El cesarismo convierte a los partidos en séquitos de obedientes.
El liberalismo es cuestión de bobos. Delibera acerca de lo que no le incumbe.
El liberalismo significa: el Estado por y para sí y cada uno para sí. Es una fórmula según la que no se puede vivir, siempre que de modo liberal se opte por otra forma.
El sufragio universal no contiene ningún derecho real, ni siquiera el de elegir entre los partidos; porque los poderes alimentados por el sufragio dominan, merced al dinero, todos los medios espirituales de la palabra y la prensa, y de esta suerte desvían a su gusto la opinión del individuo sobre los partidos, mientras que, por otra parte, disponiendo de los cargos, la influencia y las leyes, educan un plantel de partidarios incondicionales, justamente el "caucus", que elimina a los restantes y los reduce a un cansancio electoral que ni en las grandes crisis puede ya ser superado.
Ha fenecido la época de los partidos políticos. Nosotros, los individuos de Occidente nos hemos vuelto escépticos. Los sistemas ideológicos no lograrán confundirnos. Los programas son atributos del siglo pasado.
La política sacrifica los hombres a un fin; caen los hombres por una idea.
La política y el comercio en forma desarrollada -arte de obtener sobre el contrario éxitos positivos mediante la superioridad espiritual- son substitutivos de la guerra con otros medios.
Las formas políticas en sí carecen de sentido. Expresarlas lo puede hacer cualquiera. Pero darles vida y llenarlas de plena realidad no puede nadie.
Si la política es una guerra sin armas, "el derecho al derecho" es el botín del partido victorioso.
Toda diplomacia es negocio; todo negocio es diplomacia, y ambos se fundan en un conocimiento penetrante de los hombres y en tacto fisiognómico.
Todas las grandes cuestiones de la política hallan la misma solución que se encuentran en todas las civilizaciones del mundo; solución que consiste en que nadie ya siente los problemas como tales problemas, en que nadie se plantea problemas.
Una discusión filosófica respecto de monarquía o república es una riña por palabras. La forma de gobierno monárquico de por sí no existe, como tampoco existe la forma de una nube de por sí. Resulta que no se puede comparar a una república antigua con una de la Europa occidental.
Oswald Spengler (1880 - 1936), filósofo e historiador alemán