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Nat Turner, William Blake, Johann Pestalozzi, Chico Mendes, Rafael del Riego, Champollion, Nelson Mandela, Julio César, Davy Crockett, Carlomagno, George Gordon Byron, Beatriz Galindo, Alfonso X el Sabio.
Debido al régimen de inferioridad en que ha vivido hasta estos últimos tiempos, la mujer se habituó a situaciones de defensa que le impidieron desarrollar su temperamento de manera tan amplia, tan liberal y tan abierta como le ha sido posible al hombre.
Dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo.
Digamos también que la definición de feminista con la que el vulgo, enemigo de la realización jurídica y política de la mujer, pretende malévolamente indicar algo extravagante, asexuado y grotesco, no indica sino lo partidario de la realización plena de la mujer en todas sus posibilidades.
El feminismo es una protesta valerosa de todo un sexo contra la positiva disminución de su personalidad.
He trabajado para que en este país los hombres encuentren a las mujeres en todas partes y no solo donde ellos vayan a buscarlas.
La mujer, hoy día, es menos analfabeta que el varón. No es, pues, desde el punto de vista de la ignorancia desde el que se puede negar a la mujer la entrada en la obtención de este derecho.
Las mujeres contribuyen más de la mitad de la nación y no es posible hacer labor legislativa seria prescindiendo de más de la mitad de la nación.
Mi pensamiento era más político y nacional, más amplio y objetivo que el concreto feminista. Consideraba fatal para un resurgimiento de la libertad y la justicia que veía en la República, el divorcio espiritual de hombres y mujeres en España.
Muchas veces, siempre, he visto que a los actos públicos acudía una concurrencia femenina muy superior a la masculina, y he visto en los ojos de esas mujeres la esperanza de redención.
No podían exponer todas las razones verdaderas de su oposición, que convergían en una: el absoluto desprecio que la mujer les inspiraba fuera de las llamadas «labores propias de su sexo».
No se trata aquí esta cuestión desde el punto de vista del principio, que harto claro está, y en vuestras conciencias repercute, que es un problema de ética, de pura ética reconocer a la mujer, ser humano, todos sus derechos.
Sólo aquel que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos para la mujer que para el hombre.
Clara Campoamor Rodríguez (1882 - 1972), abogada, escritora, política y feminista.