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Jorge III de Inglaterra, Thomas Malthus, Vasco da Gama, Constantino I, Malcolm X, Linus Pauling, David Livingstone, Verdi, Pablo Iglesias, Nicolás Salmerón, Isabel de Portugal, El Greco, Edmund Halley, Carl von Ossietzky.
Nada en toda la creación es tan parecido a Dios como la quietud.
Nadie en ningún momento está separado de Dios.
No aprendemos a ser espirituales aislándonos de todo el mundo, aprendamos a encontrar la sabiduría en la soledad dentro de nosotros mismos para encontrar a Dios ahí.
No debes aceptar a Dios por su bondad o su justicia, sino que debes comprenderlo en la sustancia pura y limpia en la que él se comprende a sí mismo en su pureza. Pues la bondad y la justicia son un vestido de Dios que le ocultan. Por eso, aparta de Dios todo cuanto lo reviste y tómalo puro en el vestidor en donde está descubierto y desnudo en sí mismo. Entonces permanecerás en él.
No hay necesidad de buscar a Dios aquí o allá. Él no está más lejos que la puerta de tu propio corazón.
No hay que comprender a Dios ni considerarlo como algo ajeno a mi. Alguna gente simple se imagina que deberían ver a Dios como si estuviera allí y ellos aquí. Pero esto no es así. Dios y yo somos uno.
Quien posee a Dios en su ser lo tiene de manera divina, y Él les resplandece en todas las cosas; para ellos todas las cosas saben a Dios y en todas las cosas es la imagen de Dios lo que ven.
Quien quiera ver a Dios tiene que ser ciego.
Si el hombre quiere ser verdaderamente pobre debe mantenerse tan vacío de su voluntad creada como cuando todavía no era. Os digo que mientras queráis cumplir con la voluntad de Dios y tengáis deseo de Dios, no seréis pobres. Por eso rogamos a Dios que nos vacíe de Dios y que alcancemos la verdad y la disfrutemos eternamente, allí donde los ángeles supremos y las moscas y las almas son iguales...
Si el hombre se une a Dios por amor es desnudado de las imágenes y formado y transformado en la uniformidad divina, en la que él es uno con Dios.
Si quieres vaciarte absolutamente de toda mercancía, de forma que Dios te deje estar en el templo, todo lo que hagas en tus obras debes cumplirlo únicamente por el amor de Dios y mantenerte tan vacío de todo como vacía es la nada, que no está ni aquí ni allí. No tienes que pretender absolutamente nada. Si actúas así, tus obras serán espirituales y divinas.
Si quiero escribir sobre una tablilla de cera, entonces no puede haber nada escrito sobre ella, por muy noble que sea... Si a pesar de todo quiero escribir, entonces debo borrar y vaciar todo lo que está sobre la tabla, y ésta nunca se me presenta tan bien para escribir como cuando no hay absolutamente nada. De forma muy parecida si Dios...Debe escribir en mi corazón, entonces debe salir todo de mi corazón. El corazón separado no pide absolutamente nada... Por eso permanece vacío de todos los rezos, y su oración no es otra cosa que ser uniforme con Dios.
Eckhart de Hochheim (h. 1260 - h. 1328), místico dominico alemán, gran teólogo y filósofo.