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Garibaldi, Florence Nightingale, John Brown, Francisco Espoz, Mina, Henry Thoreau, Tadeusz Kosciuszko, Dian Fossey, Oliver Cromwell, Mozart, Johannes Keppler, Adolfo Suárez, Cristina de Suecia, Felipe V de Borbón, Benazir Bhutto.
La hermosura es una carta de recomendación escrita por Dios. (Belleza)
Aún en las ciencias más perfectas nunca deja de encontrarse alguna doctrina exclusivamente mantenida por el principio de autoridad. (Ciencias)
¡Felicísimo país aquel donde la casaca ministerial, la toga y el blasón no delinquen jamás! (Corrupción)
A nadie cuesta más que a aquel que mucho desea. (Deseo)
Los problemas que parecen pequeños son grandes problemas que aun no se entienden. (Dificultades)
En cuanto el alma pierde la aureola juvenil, los generosos torneos por el aplauso son sustituidos por las egoístas competencias por el dinero. (Dinero)
Evita la conversación de aquellas personas cuya palabra, en vez de ser trabajo, es placer. Los grandes parlanchines suelen ser espíritus refinadamente egoístas, que buscan nuestro trato, no para estrechar lazos sentimentales, sino para hacerse admirar y aplaudir. (Egoísmo)
La gloria es como la mujer codiciada, la seguimos si nos desprecia, la desdeñamos si nos prefiere. (Éxito)
La gloria, en verdad, no es otra cosa que un olvido aplazado. (Éxito)
Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia. (Fracaso)
Hay un patriotismo infecundo y vano: el orientado hacia el pasado; otro fuerte y activo: el orientado hacia el porvenir. (Futuro)
¿Para qué guerrean los hombres? Para adquirir, en caso de triunfo, un pedazo de tierra donde ser prematuramente enterrados. (Guerra)
Santiago Ramón y Cajal (1852- 1934), médico español, Premio Nobel en 1906.