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Gorbachov, Samuel Beckett, Mary Shelley, Juan XXIII, Benito Juárez, Anna Frank, Americo Vespucio, Isabel de Braganza, Howard Carter, Tomás Moro, Rosa Luxemburgo, Neil Armstrong, Eduardo VII, Edmund Hillary.
El deseo de ser diferente de lo que eres es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. (Deseo)
Empiezo a creer que las decisiones fatales y grandiosas que determinan nuestro destino son mucho menos conscientes de lo que pensamos con posterioridad, en los momentos de reflexión, cuando los recordamos. (Destino)
Ése es el único dolor verdadero: la muerte de un niño. Es el modelo por el que se miden todos los demás dolores. (Destino)
No existe ningún ser humano lo bastante fuerte e inteligente para evitar mediante palabras o acciones el destino fatal que le deparan las leyes inevitables de su propia naturaleza y carácter. (Destino)
Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportarlo, éste es el único secreto. (Existencia)
Uno también construye lo que le ocurre. Lo construye, lo invoca, no deja escapar lo que le tiene que ocurrir. Así es el hombre. Obra así incluso sabiendo o sintiendo desde el principio, desde el primer instante, que lo que hace es algo fatal. Es como si se mantuviera unido a su destino, como si se llamaran y se crearan mutuamente. No es verdad que la fatalidad llegue ciega a nuestra vida, no. La fatalidad entra por la puerta que nosotros mismos hemos abierto, invitándola a pasar. (Existencia)
Hay que aceptar la felicidad así, en su estado imperfecto. (Felicidad)
¿Quién es inocente? Porque la religión enseña que el hombre nace ya con culpa. (Inocencia)
Quien busca justicia con demasiado empeño y dedicación, en realidad no busca justicia sino venganza. (Justicia)
Tal vez todo lo demás, la cautela, la sabiduría, la cordura, la inteligencia, no valga ni un comino porque no está enardecido por la loca pasión de la juventud, ese extraño deseo que pretende salvar el mundo y al mismo tiempo consumirse a sí mismo, que quiere agarrar con las dos manos todo lo que el mundo le ofrece y que a la vez arroja a puñados todo lo que la vida le regala. (Juventud)
La literatura es algo más que arte, la literatura es una respuesta, un comportamiento ético. (Literatura)
Sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. No son sólo el rango y el nacimiento lo que hacen nobles a las personas sino también el carácter y la inteligencia. (Literatura)
Sándor Károly Henrik Grosschmid de Mára (1900 - 1989), novelista, periodista y dramaturgo húngaro.