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Verdi, Pablo Iglesias, Nicolás Salmerón, Isabel de Portugal, El Greco, Edmund Halley, Carl von Ossietzky, Luis XVI, Pedro I el Grande, Miguel de Unamuno, Rudyard Kipling, Isabel II de España, Carl von Linneo, Vivaldi.
En realidad, el amor no es más que una cuestión de entendimiento y eso en nada menosprecia su título de asunto del corazón.
(Amor)
La determinación de sí mismo sigue siendo dependiente del otro: es simultáneamente determinación por el otro y pasión: el amante se deja determinar por su amor.
(Amor)
La propiedad de que todavía hoy se nos priva podrá ser mejor aprovechada cuando se halle en las manos de todos nosotros. Asociémonos, por consiguiente, para realizar este robo.
(Capitalismo)
Propiedad en el sentido burgués significa propiedad sagrada, que quiere decir que yo tengo que respetar tu propiedad. ‘¡Respeto de la propiedad!’ Esto es lo que da el poder a los políticos, todos los cuales poseen su porción de propiedad, y han producido en parte por este cuidado una increíble división de la misma. Cada uno ha de tener su hueso para poder roer.
(Capitalismo)
Un niño no pone en sus deseos ni ideas ni pensamientos; un joven no persigue más que intereses espirituales, los intereses del hombre, en cambio, son materiales, personales y egoístas.
(Capitalismo)
Cuanto más aprendemos a conocernos, más nos reímos de lo que considerábamos insuperable.
(Conocimiento)
La costumbre a la renuncia congela el ardor de los deseos.
(Consumismo)
Todo interés, por lo que sea, hace de mí, cuando no sé desprenderme de él, su esclavo.
(Consumismo)
Ante lo sagrado pierde uno todo su poder, se siente impotente y se humilla. Nada, sin embargo, es sagrado en sí mismo, yo solo lo consagro. Lo que canoniza es mi pensamiento, mi juicio, en una palabra, mi conciencia.
(Creencias)
El Estado me da una educación y una instrucción adecuada a él y no a mí.
(Educación)
Y por el hecho mismo de mantener la libertad de la enseñanza en los límites convenientes, el Estado consigue su objetivo en la libertad de pensar, porque las gentes, en lo general, no piensan más allá que lo que sus maestros ya han pensado.
(Educación)
¿Qué causa es la que voy a defender? Ante todo, mi causa es la buena causa, es la causa de Dios, de la verdad, de la libertad, de la humanidad, de la justicia; luego, la de mi príncipe, la de mi Pueblo, la de mi Patria; más tarde será la del Espíritu, y después otras mil... ¡Pero la causa que yo defiendo no es mi causa! ¡Abomino del egoísta que no piensa más que en sí!
(Egoísmo)
Johann Kaspar Schmidt (1806 - 1856), conocido como Max Stirner, filósofo alemán autor de El único y su propiedad.