Aforismos, citas y frases célebres

Si muero, lo haré habiendo vivido bien mi vida. No es el destino lo que importa, sino cómo se llega a él.

Brandon Sanderson (1975 - ), escritor estadounidense de literatura fantástica y ciencia ficción.

Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad... lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino...

Carl Gustav Jung (1875 - 1961), psiquiatra suizo, pionero de la psiquiatría moderna con Freud.

Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.

Christian Friedrich Hebbel (1813 - 1863), dramaturgo y poeta alemán.

Cuando el destino nos entregue un limón, tratemos de hacer una limonada.

Dale Carnegie (1888 - 1955), escritor estadounidense de libros de autoayuda.

El destino es amable conmigo, no quiere que sea demasiado famoso ni demasiado joven.

Duke Ellington (1899 - 1974), compositor, director y pianista estadounidense de jazz.

Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.

Eduardo Galeano (1940 - 2015), periodista y escritor uruguayo.

El destino se ríe de las probabilidades.

Edward George Bulwer-Lytton (1803 - 1873), novelista, dramaturgo y político británico.

Sólo se descubre un sabor a los días cuando se escapa a la obligación de poseer un destino.

Emil Michel Cioran (1911 - 1995), escritor y filósofo de origen rumano.

El destino de los animales es de mucho mayor importancia para mí que el miedo a ser considerado ridículo, pues está indisolublemente conectado con el destino del hombre.

Émile Zola (1840 - 1902), novelista francés, padre del Naturalismo.

La libertad es el instrumento que puso Dios en manos del hombre para que realizase su destino.

Emilio Castelar y Ripoll (1832 - 1899), político y escritor español.

Creo que la esencia de la vida consiste en ser fiel a lo que uno cree su destino.

Ernesto Sabato (1911 - 2011), escritor y ensayista argentino.

Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.

Esquilo (525 a. C. - 456 a. C.), dramaturgo griego.